Diciembre de 2021. La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, defendía ante los ministros de Energía de la Unión Europea (UE) la necesidad de abordar una reforma del mercado mayorista de la electricidad ante los precios desorbitados. Alemania, respaldada por otros ocho países del norte, tumbó todas sus pretensiones y pocos meses más tarde la Comisión cerraba la discusión argumentando que el pool era la “mejor opción” para usuarios y empresas.
Un año más tarde, la foto ha cambiado. En el penúltimo encuentro que los ministros de Energía de la UE mantuvieron el 13 de diciembre, pudimos ver a la española rodeada por sus homólogos mientras escuchaban sus argumentos a favor de establecer un límite de precio a las importaciones de gas. “La foto revela la realidad. Nos ha tocado liderar el campo energético“, ha dicho recientemente la secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen, en una entrevista con TVE.
Capitaneados por España, los países del sur se rebelaron contra el desorbitado tope al gas que planteó la Comisión de 275 euros el megavatio hora (MWh). Finalmente se estableció en 180 euros/MWh y es muy difícil que se llegue a aplicar por sus condiciones. Sí sirve para mandar un mensajet
Con este pacto también se consiguió la aprobación definitiva a las compras conjuntas de gas y acelerar el despliegue de las energías renovables simplificando los procesos de concesión de permisos para el desarrollo de proyectos ‘verdes’ en zonas con menores riesgos medioambientales.
Excepción ibérica
No obstante, fue el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien en diciembre de 2021, antes de la invasión de Rusia a Ucrania, se adelantó y propuso a la Comisión Europea realizar una “compra conjunta” de gas con el fin de ampliar el poder de negociación UE ante la escalada de precios de la energía. “Si funciona la compra conjunta de vacunas, ¿por qué no aumentamos nuestro poder de negociación haciendo una compra conjunta y una reserva estratégica de gas en Europa?”, argumentó durante un foro económico organizado en Pontevedra.
Sin embargo, el mayor hito conseguido este año por España -junto con Portugal- ha sido la denominada excepción ibérica. El jefe del Ejecutivo reclamó una “respuesta común y ambiciosa” de la UE para poner freno a los desorbitados precios de la electricidad. Realizó una gira europea en busca de apoyos y ante la negativa de la parte nórdica del Consejo, reclamó para España y Portugal una “respuesta particular” argumentando que la península ibérica es una isla energética con una muy baja interconexión eléctrica.
Fue a finales de marzo cuando Sánchez y el primer ministro de Portugal, Antonio Costa, consiguieron en una cumbre que el resto de líderes reconociera las particularidades de ambos países para hacer frente a la escalada de precios energéticos. Luego hicieron falta diez semanas y media para el aprobado definitivo. El tope al gas para la generación eléctrica entró en vigor en España el junio y, desde entonces, ha generado un ahorro a los españoles de 4.000 millones de euros, según Ribera.
Por otro lado, también hemos visto como Alemania, con el interés de que le llegara más gas tras el corte del suministro ruso, se ha posicionado al lado de España para que se desbloqueara la construcción de la parte final del MidCat, que durante años ha estado encima de la mesa y no se ha desarrollado por la oposición de Francia.
Potencia en hidrógeno verde
Como es sabido el MidCat ha quedado enterrado definitivamente, pero a cambio el país ha arrancado el que será el primer gran corredor de hidrógeno verde de la UE. Bautizado como H2Med, interconectará a Portugal y España con Francia para transportar este vector energético. Estará compuesto de dos trazados: el que unirá a Portugal con España (Celorico-Zamora) y el nuevo hidroducto submarino entre Barcelona y Marsella (BarMar). Tendrá un coste total de unos 2.850 millones de euros y el Gobierno confía que se sufrague con financiación europea.
Bajo este contexto, España se prepara para ser el suministrador de hidrógeno verde barato de las grandes potencias europeas. Un informe de la consultora McKinsey & Company revela que Alemania podría beneficiarse de una rebaja de entre un 15% y un 20% en la importación si lo hace desde zonas de producción de bajo coste, como será el territorio nacional.
Pero España no solo va a vivir del hidrógeno verde, sino que también aspira a a ser una potencia en energía solar fotovoltaica, eólica marina y en biometano. Podría convertirse en el ‘hub’ industrial fotovoltaico de Europa y desplegar 20.000 millones de euros de inversión pública y privada hasta 2030, según la Unión Española Fotovoltaica (UNEF). Hasta el 65% de los equipos se puede fabricar en España, ya que el cuenta con la ventaja competitiva de disponer de terreno y el recurso solar.
En lo que a eólica marina se refiere, el Ministerio para la Transición Ecológica tiene pendiente de publicar los Planes de Ordenamiento del Espacio Marítimo (POEM) para poder avanzar. El objetivo de estos es identificar las zonas con mayor potencial para la instalación de parques eólicos, entre las que destacan la costa sureste de Gran Canaria, la costa gallega, Cataluña, Almería, Asturias y País Vasco. Existen en España 15 proyectos de eólica marina presentados a consulta pública.
Source : LaInformacion