Ahora que 15 países respaldan una demanda de la Comisión Europea sobre la ley anti-LGBTQ+ de Hungría, los defensores de los derechos esperan que el caso sirva como un poderoso elemento disuasorio contra una legislación similar en otros países de la UE.
Los procedimientos de infracción, a los que se unieron este mes Francia y Alemania, tienen como objetivo una ley aprobada en 2021 que prohíbe el uso de materiales que se considera que promueven la homosexualidad y el cambio de género en las escuelas.
Promocionada por el gobierno conservador del primer ministro Viktor Orban como una ley que protege a los niños, la ley provocó una tormenta de críticas internacionales, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, la calificó de “vergüenza”.
La Comisión, que remitió a Hungría al Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas (TJCE) a mediados de 2022, ha dicho que considera que la ley viola las normas del mercado interior de la UE, los derechos fundamentales de las personas y los valores de la UE.
Es la primera vez que el ejecutivo de la UE lleva a un estado miembro a los tribunales por los derechos LGBTQ+. Con los pesos pesados de la UE ahora a bordo, los activistas lo ven como una oportunidad para que el bloque de 27 miembros subraye su compromiso con la igualdad LGBTQ+.
“Este caso, y el fuerte apoyo que hemos visto, tiene el potencial de ser un verdadero punto de inflexión”, dijo Katrin Hugendubel, directora de defensa de la organización LGBTQ+ ILGA-Europa, destacando la decisión de países como Francia y Alemania de unirse a la procedimientos de infracción.
“Los estados miembros no se toman a la ligera intervenir contra otro estado miembro en el Tribunal de Justicia… (Esto demuestra) que la UE está lista para levantarse y proteger la institución”.
Los procedimientos de la Comisión contra Hungría por la ley anti-LGBTQ+ tampoco tienen precedentes al remitir a un estado miembro al TJUE por violar directamente los derechos humanos consagrados en la ley de la UE, o lo que se conoce como el artículo 2.
Tras el debate del año pasado sobre una legislación anti-LGBTQ+ similar en Rumania y Polonia, los activistas de derechos dijeron que esperaban que un juicio contra Hungría frenase más propuestas de imitación. “En países donde hay retórica proveniente del gobierno, creo que lo pensarán dos veces”, dijo Remy Bonny, director ejecutivo de la organización LGBTQ+ con sede en Bruselas, Forbidden Colors, a la Fundación Thomson Reuters.
El Senado de Rumania dio la aprobación preliminar a un proyecto de ley que modificaría la ley de protección infantil de la nación para salvaguardar contra “la popularización del cambio de sexo o la homosexualidad”, mientras que en Polonia el presidente vetó dos proyectos de ley que buscaban restringir la enseñanza de materiales LGBTQ+ en las escuelas.
El gobierno de Orban ha aprobado una serie de leyes anti-LGBTQ+ y Hungría ocupa actualmente el puesto 30 de 49 en la clasificación de derechos LGBTQ+ de los países europeos de ILGA de 2022.
No tiene igualdad en el matrimonio y prohíbe a las personas cambiar legalmente su género, aunque la semana pasada, al revés de Orban, el presidente del país desechó un proyecto de ley que habría permitido a los ciudadanos “informar” a los padres LGBTQ+ a las autoridades.
Además de la fuerte condena de los líderes de la UE por la ley de escuelas LGBTQ+, el bloque ha retenido la financiación a Hungría por preocupaciones más amplias relacionadas con la corrupción, los derechos humanos, el asilo y el sistema judicial, lo que aumenta el aislamiento de Hungría.
El gobierno de Orban prometió luchar contra los procedimientos de infracción de la Comisión, y la ministra de Justicia, Judit Varga, dijo que los países que respaldan los procedimientos habían “cedido a la propaganda de género de Bruselas y del extranjero”.
“La seguridad de nuestros niños es nuestra principal prioridad”, dijo Varga en un comunicado compartido en Twitter.
Los activistas LGBTQ+ esperan que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea falle contra Hungría por violar el artículo 2, un resultado que, según dicen, enviaría la advertencia más fuerte. Sin embargo, no está claro si todos los países respaldarán la sugerencia de una violación del Artículo 2.
Si el tribunal rechazara una violación del artículo 2, aún podría fallar en contra de Hungría con el argumento de que la ley violó la distribución de servicios de comercio electrónico y medios.
Se espera un juicio en el caso en algún momento del próximo año.
Cualquiera que sea el resultado del caso, la medida de la Comisión es “nada menos que una revolución” en la forma en que funciona la UE, dijo Miguel Delgado, coordinador del Grupo de Trabajo de Derecho de la Unión Europea del Instituto Universitario Europeo.
“La Comisión es muy estricta con respecto a la adhesión, pero una vez que (los países) están en ella, no puede vigilarlo, hasta ahora”, dijo.
Fuente : The Japan Times