Joe Biden quiere poner fin al drama interno que consume al Partido Demócrata desde el debate de Atlanta. El presidente de Estados Unidos ha salido al paso de las llamadas de algunos congresistas para que renuncie a la reelección. Les asegura en una carta que está “firmemente comprometido” con su plan de presentarse a la reelección y les solicita recuperar la unidad interna para poner sus esfuerzos en derrotar a Donald Trump. Biden trata de cerrar las grietas que se han abierto en su partido antes de que la presa estalle y se desborde.
“La cuestión de cómo avanzar ha estado bien ventilada durante más de una semana. Y ya es hora de que termine”, dice Biden en una misiva a los congresistas. “Tenemos un trabajo. Y es derrotar a Donald Trump. Faltan 42 días para la Convención Demócrata y 119 para las elecciones generales. Cualquier debilitamiento de la determinación o falta de claridad sobre la tarea que tenemos por delante solo ayuda a Trump y nos perjudica a nosotros. Es hora de unirnos, avanzar como un partido unificado y derrotar a Donald Trump”, añade el presidente, que ha tuiteado su carta de dos páginas, en la que se muestra desafiante.
El presidente recuerda que el candidato se elige a través de las primarias. “Fue un proceso abierto a cualquiera que quisiera presentarse. Solo tres personas decidieron desafiarme. A uno le fue tan mal que abandonó las primarias para presentarse como independiente [en referencia a Robert F. Kennedy Jr]. Otro me atacó por ser demasiado viejo y fue derrotado contundentemente [en alusión a Dean Philips]. Los votantes del Partido Demócrata han votado. Me han elegido para ser el candidato del partido. ¿Ahora decimos que este proceso no importa? Me niego a hacerlo”, indica en su carta.
Además de la carta, Biden ha llamado a un programa matutino de la cadena MSNBC para plantear similares argumentos y desafiando a los críticos que piensan que debería retirarse: “Preséntense contra mí. Preséntense a la presidencia. Desafíenme en la convención”, ha dicho. “La conclusión es que no nos vamos a ninguna parte, yo no me voy a ninguna parte”, ha afirmado. El presidente ha reconocido que el debate fue “una noche terrible”, pero considera que en los días posteriores ha dado prueba de su capacidad. “No me presentaría si no creyera absolutamente que soy el mejor candidato para vencer a Donald Trump en 2024″, ha añadido.
Desde el mitin del día siguiente al debate, Biden lleva insistiendo en que no se retirará para dejar paso a otro candidato en la Convención Nacional Demócrata, que se celebra en Chicago del 19 al 22 de agosto. “Cuando te derrumbas, te levantas”, fue el mensaje del primer día. En la celebración del Día de la Independencia en la Casa Blanca el jueves pasado, insistió: “No me voy a ninguna parte”. El viernes se mostró desafiante en Madison (Wisconsin): “Me presento y voy a ganar otra vez”, gritó ante unos cientos de simpatizantes reunidos en el polideportivo de un colegio. “Sigo en la carrera, voy a derrotar a Trump”, añadió. “Soy el candidato del Partido Demócrata. Vosotros votasteis por mí para que fuera vuestro nominado, por nadie más”, dijo antes de que a preguntas de los periodistas descartase “por completo” la idea de dar un paso a un lado. Luego, rechazando entrar en el terreno de las hipótesis, solo admitió que se retiraría si se lo pidiera el “Señor Todopoderoso”.
Pese a la insistencia del presidente, cada vez son más las voces de pesos pesados del Partido Demócrata que le piden pasar el testigo a otro candidato por las dudas sobre su capacidad mental, avivadas tras el debate de la CNN en Atlanta. La entrevista que concedió a ABC News y que se emitió el viernes no ha servido para despejar esas dudas. En una llamada con el líder de la minoría demócrata en el Congreso este domingo, fueron varios los congresistas que expresaron su preferencia por otro candidato.
No hay relevo fácil si el presidente no da su brazo a torcer. Casi todos los delegados que participan en la convención de Chicago tienen el compromiso de apoyarle, pero la ansiedad y la división crecen dentro del partido.
El líder demócrata de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, mantuvo este domingo una llamada con unos 15 miembros del comité de la Cámara de Representantes en la que se puso de manifiesto la creciente división. Al menos cuatro de los participantes —Jerrold Nadler, de Nueva York; Jim Himes, de Connecticut; Adam Smith, del Estado de Washington, y Mark Takano, de California— dijeron en esa conversación privada, de cuyo contenido han informado medios estadounidenses, que Biden debería apartarse. Otros miembros, como Maxine Waters, de California, y Bobby Scott, de Virginia, ambos líderes del Caucus Negro del Congreso, apoyaron enérgicamente a Biden, al igual que Richard Neal, de Massachusetts, principal demócrata del poderoso Comité de Medios y Arbitrios, según AP.
Un mal resultado en las presidenciales suele tener reflejo también en los resultados de las elecciones legislativas. El 5 de noviembre se renuevan los 435 escaños de la Cámara de Representantes y 34 de los 100 senadores. Jeffries está convocando a los congresistas a reuniones privadas. Tiene previsto hablar este lunes con los representantes cuyas candidaturas a la reelección son más vulnerables. Los demócratas tienen complicado recuperar la mayoría que perdieron en noviembre de 2022 sin un buen resultado en las presidenciales.
En cuanto al Senado, hay muchas posibilidades de que los demócratas pierdan su control. Entre los senadores que se renuevan en noviembre hay 24 demócratas y 10 republicanos. Mientras que los republicanos compiten en circunscripciones favorables, los demócratas defienden escaños conquistados en zonas que ahora son conservadoras. Corren el riesgo de perder sus escaños en Virginia Occidental, Ohio y Montana, y en menor medida también en Arizona, Pensilvania, Michigan y Wisconsin. Un hipotético mal resultado demócrata lastrado por Biden también serviría para que los republicanos renovasen su mayoría en la Cámara de Representantes.
Tras sus actos recientes de Wisconsin y Pensilvania, el presidente está ahora volcado en la cumbre de la OTAN, aunque volverá a hacer campaña el fin de semana y la semana próxima. Durante esta, es la primera dama, Jill Biden, la que se está prodigando en diversos actos. Biden concederá el jueves una extensa rueda de prensa al finalizar la cumbre de la OTAN, algo que se ha marcado como otro hito en el proceso de mejorar su imagen.